27 de diciembre de 2009

Ensayo sobre la vida en América II

Entre las muchas cosas que me llaman la atención de este lado del Charco hay una muy peculiar, los retretes tienen mucha más agua en la taza, esto es muy llamativo y produce fenómenos muy curiosos, no acabo de decidirme si me gusta más o menos que la escueta cantidad de H2O que recibe nuestros regalos en el Viejo continente. Cuando menos es muy llamativo.

En Monterrey hay diversos fenómenos dignos de estudio, uno de ellos es la conducción. Los carriles no solo no están bien delimitados sino que en multitud de ocasiones las rayas de la carretera se multiplican hasta convertir en pura intuición adivinar cual es el carril por el que uno debe circular. La gente hasta tal punto no usa los intermitentes que creo que muchos de ellos no se han fijado que en lugar de ser amarillos son del mismo color que el faro, con lo cual la confusión es máxima. Pero el caos, no es más que un equilibrio al que no estamos acostumbrados y todo fluye de manera armónica. Así de este modo accidentarse conduciendo forma parte de la cultura general de esta ciudad. Todo el mundo tiene anécdotas que contar en las reuniones, algunas llenas de sangrientas peripecias al volante, las cuales lucen cual medallas al valor, y sobre todo cargadas de mucho humor. Curiosa también la noticia que he leído y oído en los medios de comunicación locales estos días, y la cual he tardado en asimilar, en la cual se anuncia la retirada de los controles de alcoholemia por ser fechas navideñas y como muestra de buena voluntad por parte de las autoridades. Cabe decir que aquí el coche es casi una extensión de la persona, y que apenas se concibe la vida fuera del hogar sin la presencia del utilitario.

Aquí la temperatura es sencillamente primaveral, y la vida es ampliamente familiar. Saludar a toda una familiar requiere todo un espacio de tiempo y los saludos son efusivos y cariñosos. Las altas tasas natalidad es algo que choca con la mentalidad actual en nuestras capas sociales del Viejo mundo. Me llama la atención la cantidad de sitios de comida para llevar, y como la impresionante gastronomía mexicana nunca se agota. En este caso del Noroeste del país la carne de res es la estrella. Y es que esta parte de la República se funde, en determinados momentos, con el concepto del sombrero, el caballo, las botas, las reses, los ranchos y toda esa vida del viejo estilo americano.

Otro tema que siempre está en el candelero son como las llaman ellos: “las balaceras” o tiroteos, para nuestras entendederas. A menudo pasamos por calles o avenidas y se comentan los acontecimientos vividos entres nubes de plomo entre los “narcos” y las distintas fuerzas policiales o militares. Hay mucho de viejo y nuevo en toda esta historia y todavía no tengo una opinión formada del todo al respecto, pero si intuyo muchas cosas que giran en torno a este “bussines”. En cierta manera me causa mucha risa observar como todo es lo mismo en todas partes, y como de forma intencionada se generan pánicos, conflictos, mitos y leyendas en torno a lo que los media inflan como un globo de helio. Si utiliza una mirad Euskalegrítica, todo cae en el histrionismo y el ridículo. P.E: El otro día apresaron a un músico norteño por haber tocado en las fiestas de los narcos. La opinión pública está sumamente dividida como os podéis imaginar con manifestaciones y toda la pesca. Al oír la noticia yo pensé, “Mira, el Todo es E.T.A, pero en versión Todo es Narco” y me reí a carcajadas. Narcofiestas
Pese a que en México lleven unos 3.500 muertos al año por este conflicto no se respira ningún tipo de inseguridad en las calles. Eso sí, hay que tener ciertas precauciones, pero yo diría que así como en prácticamente en cualquier parte del mundo, ¿O no?

21 de diciembre de 2009

Ensayo sobre la vida en América I

La otra noche pasamos delante de una casa que tenía unas luces de navidad en el jardín que no soy capaz de describiros. No encuentro palabras para explicar lo que vi. Entre algunos de nosotros podría funcionar aquello de "Bi-bi-bizar". Lamento muchísimo que ha sido una de las pocas ocasiones en las que no he llevado la cámara de fotos encima. Venía siendo un jadín con millones de bombillas, muñecos de nieve y soldaditos de plomo hichables e iluminados por dentro, del tamaño de una persona, con un tren de estos de juguete recorriendo todo aquel espectáculo.

Comer en el Mall es uno de tantos ejemplos de que en cada gesto uno genera un huevo de basura. En otras ocasiones me había visto reacio a aquella extensión, intentando no dejarme seducir y embaucar por todo aquel desproporcionado monstruo del capitalismo. Un centro comercial tan grande que cabían dentro creo que todos los centros comerciales de Madrid, y que en unas 6 horas vimos como el 60% de las tiendas. Pero en esta ocasión llevaba preparados mis dólares y me sentí como un cazador dispuesto a renovar mi estropeado y maltrecho fondo de armario a la mitad de precio (literalmente) que nuestra penosa economía en Madrid no me permitía mejorar. Fue agotador, pero me he pilado unas cosas bien chingonas.

Dejando atrás Texas, y ya de lleno en México, todo cambia. El miedo a las irregularidades o ilegalidades se torna relajo y despreocupación. Y el cambio de conducción nada más pasar la frontera se deja notar en las revoluciones del coche. Tras el siempre divertido paso por la frontera en la que ellos no están acostumbrados a mi, ni yo a ellos, paramos a comer en el rancho. Huevos divorciados, tacos, y un agua de sandía que me transpotaba a la primera vez que atravesé esta línea divisora entre los hombres, que según me han contado es de las más multitudinarias del planeta. Me gustó la sensación de notar que ahora, mucho más que las veces anteriores, estaba preparado para apreciar este viaje.

Prometo fotos a la vuelta...de momento, only coments.

4 de diciembre de 2009

Actually, love

El niño obeso de Ourense, los piratas, los parados y los activos. La actualidad es algo que caduca tan rápido como el pollo de supermercado. El Estado secuestra a un amigo tuyo y el racismo transpira a través de cada poro de esta sociedad, la vida triste de Borja Tyssen o las tronistas de Tele 5. Risto Mejide y su nuevo evangelio, la sobrexplotación, los e-mails comprometedores y el spam, las putas de Berlusconi y la madre que las parió. El tratado de Lisboa, nuestro presidente europeo (¿Quién ha votado a ese energúmeno?) y por supuesto, Durao Barroso y Joaquín Almunia (dos tontos muy listos). ¿Creyó Moratinos que el pasaporte español compraría a alguien?

La de cubatas que me voy a poner con este hielaco.

Los desayunos de TVE con una que va de lista, y la que iba de lista ahora presenta el telediario. Los concursos de la Sexta, las gracietas del Wayoming, y los labios de Susana Griso. La calva del de la Fórmula 1. Las peripecias de los políticos, las fiestas de los futbolistas y los descuentos en el Dia. Las versiones de Marta Sánchez y David Bisbal de Nino Bravo y el camello de Ronaldinho. Los policías que atropellan brutalmente a peatones. Una nueva película de Rolan Emerich, los delitos de Polansky y las leyes de González-Sinde. El PP está a favor de la piratería en Internet y yo estoy en contra del PP. El PP está a favor del cambio climático y yo en contra de Greenpeace.

El sueño eterno.

Toda esta basura son como iconos en un escritorio, acabarán en la papelera, y con el tiempo acabamos vacíandola para incorporar unos nuevos, más actualizados. Paquirrín e Islero. Paco, Adolfo y los premios que le dan al Rey. Los que atracan bancos, los que se queman a lo bonzo, los moros, los morosos y amorosos. Yo no veo películas españolas, tampoco las vería si fueran francesas, son malas y punto. Me falta información. El gobierno de Evo Morales investiga a una amable asociación de amigos del golpismo en el Cono Sur. La gente que no quiere pagar impuestos. No me salen las cuentas y no extraigo ninguna conclusión.

27 de noviembre de 2009

La última bala que me queda la reservo para mí

En cada aliento, en cada paso por las frías aceras de la ciudad, no se ve la luz al final del túnel. Es una cuestión de perspectiva. Me asalta la duda, ¿Dónde queda ahora la delgada línea roja? Es la brisa que me trae y me lleva, que agita la cebada, que permanece, la que me mantiene al pie del Reichstag, con la bandera roja entre los dientes. El vacío lo lleno con la incomunicación. Irreductible por dentro. Eso es lo inquebrantable, el último aliento. Cotidianamente convencido de que esta lucha no acaba aquí, dispuesto a aceptar que somos balas en la recámara. Somos el segundo antes de que todo explote.

Los acontecimientos se han sucedido estos meses con la implacable violencia a la que nos tienen acostumbrados. Hay veces que los sentidos quedan sepultados bajo los escombros. Nada queda de muchas esperanzas que se construían al calor de otro mundo que no acaba de ser posible. El egoísmo en cada pensamiento se ha instalado con fuerza inusitada, y las fuerzas me abandonan cuando me miro en el espejo. Pero sé que estás ahí, y a ti te escribo. Para que sigas a tu instinto. Para que no pienses que esto se a acabado. Como células vivientes, despiertas y nada dormidas. La deriva continua pero sé que estás ahí, se que tu lucha es mi lucha, que estás sol@ en la barricada, que el frente es duro, que los días pasan despacio. Pero en todos nuestros corazones, como los hombres libro de Bradbury, albergamos un mensaje de resistencia y acción que sigue vivo.

Esta va por el Joako, el Duende y la Issis.

24 de noviembre de 2009

Nudo en la garganta

Nadie nace enseñado, pero que jodido resulta a veces ir aprendiendo. El conocimiento nunca es gratis y siempre tiene un coste. A todos, hay cosas que se nos atragantan, que nos llenan de rabia y frustración. Casi siempre, lo que nos llevamos de bueno en estos casos, suele ser la aceptación del error como un hecho, como una circunstancia ineludible, fruto de nuestra divina imperfección. No es fácil mantener la calma, ni reconocer los errores, y sin embargo, resulta imprescindible tener paciencia con los demás, y sobre todo, con uno mismo.
Nunca me ha convencido la idea de ser perfeccionista. La perfección no da historias que contar, no hablaríamos de nada si los acontecimientos dieran vueltas sobre leyes científicas. Las anécdotas, los chistes, y la mayoría de las leyendas urbanas se basan simplemente, en los errores (siempre que no sean los nuestros) y no en las virtudes. Claro que admito que esto es solo una forma de verlo. Todo forma parte de una aspiración, la de poder ver la perspectiva cómica y ridícula de nuestras intensas existencias, a menudo, centradas en microcosmos imposibles de superar, nuestros egos.

Una determinada forma de ver las cosas.

Me gusta mirar los segundos del reloj y sentir el paso del tiempo, escuchar su lenta marcha sinfónica a través de los parpadeos de quienes nos rodean. La vida está llena de momentos emocionantes que nuestros mecanismos cerebrales van tatuando en la masa gris que rellena esa cosa que llevamos pegada a nuestros hombros. Tal vez, reírnos sea imposible ante la desgracia, pero siempre nos quedará el recurso del ridículo, de nuestra propia puesta en escena, llena de garra y entusiasmo. Me gusta pensar que la llenamos con instantes que jamás pasarán porque ya forman parte de la historia, y que nadie se rinda, los cobardes no entran en las habitaciones en las que está escrito en la puerta: “Solo para locos”.

16 de noviembre de 2009

Dicen

Dicen, y digo bien, dicen, porque yo no lo he visto, que en los países comunistas la gente pasaba el tiempo en largas colas para conseguir alimento. Ni lo creo ni lo dejo de creer. Lo que si ven mis ojos, y verán de aquí a Navidad son las largas colas en Gran Vía para comprar un montón de décimos de lotería. Y no me parece ni bien ni mal (Note el lector mi tono nihilista en el post de hoy). Cada cual que haga lo que le de la gana. Aunque tanta hipocresía con el aniversario de la caída del muro de Berlín me ha levantado el estómago. Insisto en el hecho de que tanta propaganda barata del capitalismo apesta. Si el muro era malo a razón de la gente que quería escapar de un lado al otro, habría que hacer un puente de arcoiris que trajera a todo el continente africano a nuestras calles y plazas. Claro que estos no son héroes que tratan de huir del terrible comunismo. Son solo negros muertos de hambre. No tiene tanto mérito.

Por otra parte, trato de imaginar que coño se le pasa a la gente por la cabeza. Ando barruntando la idea de criticar todo el rollo de la socialdemocracia y su arakiri. De como esta dinámica nos lleva arrastrando mucho tiempo, demasiado. Llevo tiempo pensando en hablar de como UGT y CC.OO juegan a ser los niños buenos del colegio. Y por cierto, ¿Quién este señor extraño, Cayo Lara, que ahora habla de huelga? Sencillamente deprimente. Me encanta plagiar, así que plagiaré a Woody Allen en su magnífica frase de: "Yo soy un reaccionario sabe, pero de la izquierda". No se puede estar más alejado de la calle, que es donde se maneja el cotarro. Hasta el PP, que domina en mi pueblo como ya hubiera querido Julio Cesar dominar a los galos, no ha tenido cojones a traer otro Zaplana a dar el pregón de las fiestas desde que se la liamos, y parda. La izquierda ha perdido la calle, y de hecho me atrevería que la ha ganado la derecha. Y esta es una clave de la actual situación.


El otro día entre caña y caña, un colega me apuntó la idea de que tal vez no existiera la tan mencionada pobreza intelectual, y que probablemente se estaba errando de manera deliberada en señalar intelectuales que no lo eran. Me parece una reflexión acertada, lo intelectual no quita lo valiente.

Esta semana B.S.O con dedicatoria especial al Txarro de Calaveras.



8 de noviembre de 2009

El bosque de olmos

Después de tantos días, tantos ensayos, tantos papeles tirados. Después de tantos nervios e ilusiones todo se desvanece como un sueño. Lo más parecido a un examen, en el que el único objetivo es conseguir contar algo, tener la suerte de encontrar una comunicación. Lo cierto es que lo único que pretendo al escribir líneas es contar un poco de lo que atraviesa el alma. Tengo la fortuna de mi parte, lo sé porque tengo amigos, los mejores que se pueden tener. En cada uno de ellos he encontrado la confortable sensación de sentirme a gusto.


No es melancolía, es una sensación distinta. Es una mezcla de dolor en la boca del estómago la que me asalta de vez en cuando, en momentos en los que me gustaría abrazaros a todos y siento que no puedo.Todos y cada uno de ellos forman parte de la historia. Así que lo mejor fue poder reunir a tantas ramas del árbol, con sus hojas, con sus frutos, hasta la última celdilla de la clorofila que por el día me da el oxigeno para respirar y que por las noches me adormece con su embrujo de carbono. La savia que corre por las venas y los anillos de la edad van ensanchando la experiencia de quien crece sin moverse del sitio. Voy comprendiendo que las raíces son las que tenemos, que no podemos cambiarlas, y que aún así somos lo que vemos, un auténtico bosque de olmos.

B.S.O recomendada esta semana.

30 de octubre de 2009

Kilómetro 0

Pasear por Madrid es seguir las huellas de muchos otros antes. Por eso tuve que coincidir con un colega, quien afirmaba que la substitución de la placa del kilómetro 0 de las carreteras radiales por una idéntica pero nueva era un desatino. Ló único de valioso que tenía aquel trozo de mármol, objeto significativo de todo lo rancio del pasado de España, era imaginar la de personajes que podían haberlo pisado y desgastado. Ahora, como recién puesta, esta loseta solo es un objeto significativo de lo más rancio que representa el presente de España. Kilómetro 0 del avance de la nada, inexorable.

Éste es el antiguo, el nuevo es como éste, pero en nuevo.

Pero continuando adelante, no hay otra dirección en esta vida, uno se encuentra en bonitos escenarios. Me llena de felicidad que Euskalegria tenga por fin una embajada permanente en Madrid, lugar de reyes y notables de todo el Mundo. Todo parece cambiar, y lo que antes no pesaba ahora comienza a pesar. No hay lugar para la duda, ahora esta ciudad es un hogar. Hay muchos ritos que Gloria y un servidor hemos ido religiosamente celebrando. Hace poco descubrimos El Campo del Moro, tan cerca de casa y sin embargo tan desconocido. Un jardín espectacular, con un halo romántico que en cierta manera me recordó, salvando las distancias, a Quinta da Regaleira en Sintra.

Foto robada de Flickr

Un jardin, en el que por supuesto hay un factor clave, la intimidad del paseo. Sus sinuosos caminos, en algunos momentos estrechos, y lo frondoso de su paisaje lo convierten en un lugar excepcional, y en el parque más intimo de esta implacable urbe. Y me gustaría, como acostumbro en esta casa, repasar algunos momentos de la actualidad de esta semana. Hechos caducos, de actualidad rabiosa, enferma de amarillismo. Imagino que el chaval somalí, al que la estancia ante la justicia española le está tratando con tanta humanidad, debe estar pensando que la justicia somalí es mucho más seria que la pandereta esta. Por supuesto que seguir jugándose la vida es mucho más serio que la pantomima esta.

Bandera islámica somalí.

Porque vamos a ver, eso me recuerda que hace poco alguien me decía que las transnacionales tenían todo el derecho a explotar los recursos naturales de los países empobrecidos, “ya que ellos no lo hacen”. Luego, es cierto que esta es la lógica que impera. Los barcos primermundistas saquean y arrasan las costas de África para que todos tengamos pescadito fresco y congelado en nuestras panzas. ¿Y si, de ello resulta que los que se ganaban la vida con ello, los que de ello vivían empiezan a morirse literalmente de hambre? En algunos países como Senegal, la gente decide emigrar, muriendo muchos de ellos en el intento. Malviviendo otros al llegar a las costas de este inmundo primer mundo. En otros lugares de África, la gente respira de otra forma, lo ve, en definitiva, desde otra óptica.

Foto robada en Flickr.

Vosotros os lleváis nuestro modo de subsistencia. Nosotros tendremos que cobraros algo, y si no, pues vaya, igual te saco un par de metralletas y a ver que pasa. Y ahora yo me pregunto, yo os pregunto. ¿Quién es el atracador y quién el atracado? Ahora bien, si de lo que se trata ahora es de llevar mercenarios, lo único que tenemos asegurado son las muertes y las desgracias de muchas personas. Porque, qué se supone que tienen que hacer ahora los somalís. Sentarse todos en la playa, y morir, nuevamente de forma literal, de puto asco viendo como les roban en sus narices. Algo, en las tripas, me dice que la desesperación de estar en tan lamentable situación no es susceptible de ser abatida a tiros. Claro que para eso está la Europa de la razón y la democracia. Para solucionarlo a tiros.


24 de octubre de 2009

Vozka de Otoño

Ya ha llegado el fresquito a Madrid. Las hojas comienzan a ser más abundantes en los resbaladizos suelos de la ciudad que en los árboles de sus calles. Ayer iba camino del curro y a unos cien metros vi como una señora “debaraba” (del callosino resbalar) y caía a plomo contra el suelo. Corrí en su auxilio, la ayudé a levantarse y en eso apareció una chica de estas que ponen multas por mal aparcamiento. Como me decía Juanillo ayer, una figura de semi-autoridad. La dejé llamando a una ambulancia y continué mi camino. Sentí que por lo menos este no era un lugar tan deshumanizado. Y es que esta semana también estuvo marcada por el visionado del desquiciante y delirante documental de Michael Moore sobre la sanidad en los EE.UU.
Sicko es una delirante historia con los detalles demagógicos de este cineasta, que despierta los sentimientos esos de: no estoy de acuerdo contigo Michael, pero joder hasta me parece necesario que se hagan cosas como esa. Quedan como agitados algunos sentimientos que a veces permanecen ocultos. Y desde luego ver a estas alturas a personajes como Gabilondo preguntarse con fariseismo, a dónde coño vamos hace quedar muy bien a tipos como Moore. Es duro soportar a indeseables como Risto Mejide, quien convertido en profeta de las libertades postmodernas tiene ya su propio púlpito desde el que lanzar a sus fans hacia el gran abismo de la nada, un documental como Sicko queda hoy día como una obra ácida y certera.

Foto robada de Flick.

Madrid comienza a dejar al descubierto los resultados de las últimas obras en el centro. La Puerta del Sol ha quedado como lo más parecido a una partida de ajedrez a medio concluir. Con un montón de piezas diseminadas al capricho del desarrollo de los acontecimientos. La última moda son las plazas sin árboles, fantástico, como aquí el sol no cae a plomo ni nada. Habría que preguntar a los urbanistas de hoy en día si ellos transitan en algún momento por los espacios que diseñan. Tengo la terrible sospecha de que la respuesta sería: ni de coña.
Otra novedad de la temporada son los mercadillos “artesanales” de Navidad. Puestos en cada plaza, que convierten su tránsito en una auténtica odisea. Y bueno, entre lo que ofrecen me decanto como siempre en los que venden reliquias de la U.R.R.S. Siempre me dan ganas de comprarme una petaca de esas, llenarla de vozka, un encendedor con la cara de Lenin, y bueno...El resto os lo dejo a la imaginación. ¡Un abrazo!

B.S.O recomendada para esta semana.

16 de octubre de 2009

Ida y vuelta

Especial thanks para le Comando Gorteak por su precioso regalo.

Eran las 15:55 del Jueves. Reconozco que había cometido un delito, salir hacia el curro con el tiempo pegado al culo. Y no por ello renuncié a liarme un cigarrito ya que tenía todavía el regustillo del té en el paladar. Alcancé la Calle Mayor con algún que otro resoplido y el corazón latiendo a tope. Lancé el cigarrillo al suelo y extendí mi dedo índice en cuando vislumbré el portal al que me dirigía. En ese instante escuché una voz detrás de mi: “Alto, no le da vergüenza. La documentación”. Me di la vuelta y tenía a un secreta en mi geta. Pero esto fue el Jueves. Me gustaría antes repasar un poco el resto de la semana.

Pasamos un par de días del puente de octubre en el pueblo. La verdad es que estuvo genial. El sábado por la noche fuimos a ver una obra de teatro basada en los últimos días de Miguel Hernández y en la correspondencia que mantuvo con su mujer. La dureza de la obra se vio incrementada en nuestros corazones por la cercanía para mi familia de los hechos ya que mi abuelo compartió con Miguel alguno de aquellos terribles instantes. La representación fue muy emocionante y le deseo todo lo mejor. Necesaria, como necesario es seguir recuperando la memoria, tan olvidada, de esa guerra de entre hermanos en la que algunos seguimos sacando cadáveres de las cunetas, asesinados como animales mientras se nos acusa de querer remover el pasado.

El domingo fuimos a Alacant a ver El Discóvolo, y toda una exposición traída desde el British. Nos gustó un montón. Hay que ver como marcaron estos griegos tantos y tantos cánones de belleza. Como se lo montaban, como les gustaba el sexo y la belleza, fue muy interesante. Por la noche solo nos dio tiempo a acercarnos a casa de Julian a ver un rato la tele, fumar algo y reírnos a gusto. Pero esa mañana Gloria me ofreció, mientras cogíamos higos chumbos de una palera en el Camino Al-mahal, que madrugáramos el Lunes para ir a la playa. Por supuesto fuimos a Guardamar del Segura. Fue espectacular ver como se levantaba la niebla sobre la huerta, en el coche en dirección este, hacia el mar. Llegamos a la arena, y quién quiere el Caribe teniendo el Mediterráneo en Junio y Octubre. Desértico.

Salimos para Madrid el Lunes al mediodía. Al llegar nos tiramos en la cama algo reventadillos. Pensaba reposar allí toda la tarde, pero en eso me llamó Aitor, estaba de vacaciones por aquí. Quedamos y dimos una vuelta, y si, se dio cuenta de la asquerosa presencia policial en esta ciudad. También quedamos un rato el Martes. El miércoles vino David y el Jueves quedamos con Juanillo y tuvimos la suerte de pillar una mesa en el Melo’s. Nos metimos entre pecho y espalda unas croquetas, empanadillas y por supuesto una zapatilla, que como decían Zipi y Zape, no se la salta ni un gitano.

A todo esto les contaba el asalto que sufrí por parte de dos policías de paisano en la puerta de mi curro. Humillado, despojado de mis pertenencias en el portal de mi nuevo curro y cacheado contra la pared por ir fumando tabaco de liar. Había pensado dedicarles una sarta de improperios en este post. Pero sinceramente, ni eso se merecen. Menuda escoria. La policía ensucia las calles de Madrid con su presencia y convierten el aire en irrespirable.

La velada del Jueves terminó con unas birras en El Kiebro con una emocionante partida de parchís en la que por cierto, me alcé con una dulce victoria. Hoy es viernes, de nuevo se presenta ante nosotros un esperanzador y caduco fin de semana. Un abrazo hermanos y hermanas de la Ciudad de Poniente. En esta urbe no hay policía, solo ansias de libertad.

Ama la poesía, odia al fascimo:
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Miguel Hernández

9 de octubre de 2009

Los jueves

Los jueves, ese día tan especial, medio fin de semana, lleno de esa promesa del viernes. No puedo evitar recordar esas noches de jueves. Cuando salíamos de casa con cds, carpetas, papeles y mucha tensión escénica. Hay muchos caminos para llegar a la Sociedad Imaginaria, nosotros trazamos el nuestro. Ahora los jueves son el día del basket en Villaverde, en el Parque Ciudad de los Ángeles. Allí se reúnen desde hace más de 18 años unos cuantos colegas. El mismo día, a la misma hora. Yo trato de acerarme siempre que puedo, pero es una cita que siempre permanece, y que ni el tiempo ni los acontecimientos han variado nunca. Este hecho convierte a la cita en algo legendario.


Hay muchas formas de entender el deporte. Yo lo entiendo como lo aprendí. Algo callejero, donde el único árbitro es la anarquía. Algunos días no rascas bola, otros entras en polémicas absurdas en las que sabes que no llevas razón. La vida es a veces complicada e inescrutable. He visto tobillos torcerse como barras de mantequilla. Sin embargo, el espectáculo debe continuar. Me parece todo un guiño que las canchas estén junto a la calle Anoeta, y que para llegar a la misma, deba atravesar las de Orio y Escoriaza.

Foto robada de Flickr

Las luces de susodicho arena tan particular son precarias. Dos viejas farolas de luz naranja que apenas iluminan media pista. La otra mitad es un pozo de oscuridad y cuando alguien recibe un pase en ese lado oscuro procura taparse la cara y palpar un balón como cegado por el rayo solar aquel que tiraba Krilin. ¿Os acordáis? La pintura está muy gastada y cuando no hay red siento que somos mayas en algún ritual al Dios de turno.

Sin duda, mi cita con la puntería, el contacto físico el sudor y los gritos es todo un acontecimiento al que procuro no faltar. Y por lo menos puedo decir el sur de Madrid, es el jodido verdadero Madrid.

B.S.O recomendada para leer este post.

2 de octubre de 2009

No es no, o qué

Estimados lectores de la Ciudad a poniente. Tres acontecimientos han marcado para mí estos últimos días y he preferido aguardar al desenlace de alguno de ellos para comentar la jugada. Finalmente Madrid no va a ser sede de los JJ.OO de 2016. !Ay Juancar, la farlopa que habéis llevado a Copenhague no ha convencido lo suficiente! Hay que cambiar de camello. Mi corazón, lejos de estar compungido, late a ritmo de folk. Pobre pero orgulloso. Las migajas que iban a caer en mi plato no son suficientes. Igual que no me vendo por un plato de paellas, plato singular que se servía en las manifestación en favor del trasvase del Ebro; no me vendo por unos euros más. Madrid tendrá que seguir esperando, y para entonces vaya a saber usted por donde paro yo. Ahora estaría bien pedir cuentas sobre el gasto que se ha llevado a cabo, y preguntar por ejemplo, eso quién lo paga, y de dónde sale esa pasta.

Ahora resulta que a ese sufrido pueblo celta llamado Irlanda le vuelven a preguntar si acepta de una maldita vez el Tratado de Lisboa. Pero esta vez con el aliciente y amenaza velada que relaciona la crisis con el resultado de estos comicios. La U.E es una institución con escasa calidad democrática, y lo sigue apuntalando en cada paso que da. Es decir, no es no, ¿No? Y si no, no es no, entonces qué es sí. Quiero expresar mi más enérgica repulsa al Tratado de Lisboa, que agrede seriamente a los derechos de los ciudadanos europeos. Esta constitución no es ni siquiera una costitución, es un contrato mercantil, que lo único que garantiza es el libre mercado. Así que a los amigos Irlandeses les toca volver a pasar por el aro, que el tiempo apremia, y hay que ganar billetes.

No quiero pasar por alto los graves acontecimientos que se suceden en ese País mediterráneo que es tierra de cañas y barro. Sin duda el edificio de les Corts Valencianes es el edificio de representación parlamentaria más guapo de la Península Ibérica. Sin embargo, en su interior, sólo habita la mafia. La chulería con que algunos escupen desde la impunidad que les da el chiringuito de corrupción y clientelismo que han montado me subleva. En el País Valenciano se vive una situación de enorme gravedad. Y sólo con la organización de una gran red social combativa se podrían cambiar las cosas. La socialdemocracia está tocada, hundida, y desaparecida. Ahora que tendrían que aparecer y decir algo actúan como intimidados, acobardados por las circunstancias. Con los hospitales públicos absolutamente degradados, los alumnos en barracones desde hace años, la costa absolútamente devastada, la cultura devastada por la casposidad, y el nivel de libertad de expresión netamente recortado, aún encima nos toca que se nos suban a las barbas un atajo de ladrones y sinvegüenzas.

Foto robada de Flick

Lo más triste, es que todos los valencianos críticos con el establishment somos conscientes que la solución pasa impepinablemente por una revolución popular, y todos sabemos que eso no va a suceder. O si...

B.S.O recomendada para leer este post, si te apetece.


21 de septiembre de 2009

Refugio antiasco

El otro día volvía a casa, absorto en un intenso debate interno sobre dónde comprar el pan. Tenga en cuenta el lector que en Madrid el agua es buena y el pan es malo. Este alimento tan imprescindible en nuestra dieta divide a las personas en dos clases. Los que comen con pan y los que comen sin pan. ¿Quién puede comer sin pan? Sinceramente me parece un misterio insondable. Rasqué el monedero y aparecieron dos monedas de veinte céntimos y dos cobrizas de cinco. Con esa cantidad solo se puede acceder a una barra del chino de la esquina de Calle Torija con Fomento, a escasos metros del Tribunal de la Inquisición, lugar que a inspirado a tantos y tantos Ministerios del Interior.

Con el artificioso pan en la mano caminaba yo a casa. Normalmente en esta ciudad te cruzas con gente, gentecilla y gentuza. A escasos metros de la puerta de mi casa y con las llaves en la mano distinguí a una vieja conocida, Pilar del Castillo, a la que cariñosamente apodábamos en la universidad “Hija del Caudillo”. (Gustando de una rima fácil). Allí estaba. Afanosa, ufana, hablabando por teléfono. Tengo que reconocer que estuve tentado de hablarle de nuestro club de fans, de aquellas movilizaciones estudiantiles en las que coreabamos su nombre. Pero estoy convencido de que como buena ex-comunista conoce al detalle los pormenores que se cuecen en las manis.

Después de los disturbios en Pozuelo de Alarcón tengo que reconocer que albergo cierta confusión mental. Reconozco que determinados acontecimientos han minado, si cabe más, mi corta entendedera del mundo. Ahora que el Grupo Prisa ha virado el rumbo, y como buenos bucaneros mediáticos, con una moral que sería la envidia de un grupo de hienas, (sin ofender a las hienas), abren fuego a diario contra Zapatero y sus acólitos. Ahora que se habla en la sociedad de regular la esclavitud sexual. Mientras todo se va yendo a la mierda pesadamente, como una piedra en una ciénaga me hallo confundido. Cuestionando un Estado del bienestar menos dinámico que los ojos de Espinete no acierto a encontrar un halo de claridad. El otro día hablaban en las noticias de los “Ni-nis”. Una nueva generación, con un nuevo concepto de vida. Ni estudian ni trabajan. Construyendo con fervor la utopía del “vive de tus padres, hasta que puedas vivir de su herencia”.

Sin embargo, hay en Madrid un refugio para vagos y maleantes, gente de malvivir, anacoretas, rojos, comunistas, negros, indios, árabes y maricones. Me gustaría rendir homenaje a los colegas y las cañas en Lavapiés, a esos bares que son refugios para sociopatas de tres al cuarto. Cuando entras en este barrio es como uno se siente como en casa. Hay grafitis, carteles en las paredes, hay bares molones y precios para el pueblo. Allí las conversaciones transcurren siempre con alegría. Entre emotivos brindis por los que llegan y por los que se fueron encontramos buenos momentos llenos de recuerdos. Por el pan de pueblo, las cañas, las buenas pelis, los vinos de batalla y por los buenos libros.

B.S.O recomendada para leer este post.


Fotos robadas en Flickr: esquina Lavapiés, Metro Lavapiés.

16 de septiembre de 2009

Agio: un tema de ayer y siempre

Madrid tiene rincones y recovecos. Esquinas y chaflanes. Pasadizos y muchos túneles. Es en estos lugares y de las formas más inesperadas se encuentran a menudo instantes verdaderos. Me voy a permitir la osadía de admitir que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es un buen museo con un infame nombre. El otro día fui de nuevo a darme una vuelta por allí. Después de la espectacular exposición de Juan Muñoz estoy en positivo con este lugar.



Subiendo y bajando escaleras, preguntando por aquí y por allá fui a dar con la videoproyección de Patricia Esquivas. Este sistema capitalista es como un macabro libro de chistes y los únicos antídotos parecen ser el suicidio o la risa. Por lo que he leído en el tríptico que me llevé a casa se han esforzado mucho por tratar de impedir que nadie entienda el verdadero sentido. Sin dejarme llevar por unas conclusiones, que en algunos casos resultan demasiado obvias, este vídeo proporciona algunas claves nada desdeñables sobre las consecuencias de 40 años de oscuridad.

Con el título “Todo lo que no es ración, es agio” Esquivas nos sitúa en los motivos de la mediocridad cultural que vive el Estado español. Paellas y curas que hacen el aire irrespirable. Si alguna vez has dudado sobre si eres tú, o es que a tu alrededor solo medra la estupidez, puedes acudir (recomiendo ir en horario gratuito por supuesto) y exclamar algún “ya te digo”. Y aunque la II República hizo cosas abobinables y totalmente condenables... No pude evitar sentir pena por este Madrid tan dominado por la derecha. Le eché un vistazo al Gernika siempre vigilante, a las fotos de Cappa, a la réplica del pabellón del 37. Efectivamente, fue una cuestión de revolución o barbarie, y ahora hay que seguir apechugando.