16 de octubre de 2009

Ida y vuelta

Especial thanks para le Comando Gorteak por su precioso regalo.

Eran las 15:55 del Jueves. Reconozco que había cometido un delito, salir hacia el curro con el tiempo pegado al culo. Y no por ello renuncié a liarme un cigarrito ya que tenía todavía el regustillo del té en el paladar. Alcancé la Calle Mayor con algún que otro resoplido y el corazón latiendo a tope. Lancé el cigarrillo al suelo y extendí mi dedo índice en cuando vislumbré el portal al que me dirigía. En ese instante escuché una voz detrás de mi: “Alto, no le da vergüenza. La documentación”. Me di la vuelta y tenía a un secreta en mi geta. Pero esto fue el Jueves. Me gustaría antes repasar un poco el resto de la semana.

Pasamos un par de días del puente de octubre en el pueblo. La verdad es que estuvo genial. El sábado por la noche fuimos a ver una obra de teatro basada en los últimos días de Miguel Hernández y en la correspondencia que mantuvo con su mujer. La dureza de la obra se vio incrementada en nuestros corazones por la cercanía para mi familia de los hechos ya que mi abuelo compartió con Miguel alguno de aquellos terribles instantes. La representación fue muy emocionante y le deseo todo lo mejor. Necesaria, como necesario es seguir recuperando la memoria, tan olvidada, de esa guerra de entre hermanos en la que algunos seguimos sacando cadáveres de las cunetas, asesinados como animales mientras se nos acusa de querer remover el pasado.

El domingo fuimos a Alacant a ver El Discóvolo, y toda una exposición traída desde el British. Nos gustó un montón. Hay que ver como marcaron estos griegos tantos y tantos cánones de belleza. Como se lo montaban, como les gustaba el sexo y la belleza, fue muy interesante. Por la noche solo nos dio tiempo a acercarnos a casa de Julian a ver un rato la tele, fumar algo y reírnos a gusto. Pero esa mañana Gloria me ofreció, mientras cogíamos higos chumbos de una palera en el Camino Al-mahal, que madrugáramos el Lunes para ir a la playa. Por supuesto fuimos a Guardamar del Segura. Fue espectacular ver como se levantaba la niebla sobre la huerta, en el coche en dirección este, hacia el mar. Llegamos a la arena, y quién quiere el Caribe teniendo el Mediterráneo en Junio y Octubre. Desértico.

Salimos para Madrid el Lunes al mediodía. Al llegar nos tiramos en la cama algo reventadillos. Pensaba reposar allí toda la tarde, pero en eso me llamó Aitor, estaba de vacaciones por aquí. Quedamos y dimos una vuelta, y si, se dio cuenta de la asquerosa presencia policial en esta ciudad. También quedamos un rato el Martes. El miércoles vino David y el Jueves quedamos con Juanillo y tuvimos la suerte de pillar una mesa en el Melo’s. Nos metimos entre pecho y espalda unas croquetas, empanadillas y por supuesto una zapatilla, que como decían Zipi y Zape, no se la salta ni un gitano.

A todo esto les contaba el asalto que sufrí por parte de dos policías de paisano en la puerta de mi curro. Humillado, despojado de mis pertenencias en el portal de mi nuevo curro y cacheado contra la pared por ir fumando tabaco de liar. Había pensado dedicarles una sarta de improperios en este post. Pero sinceramente, ni eso se merecen. Menuda escoria. La policía ensucia las calles de Madrid con su presencia y convierten el aire en irrespirable.

La velada del Jueves terminó con unas birras en El Kiebro con una emocionante partida de parchís en la que por cierto, me alcé con una dulce victoria. Hoy es viernes, de nuevo se presenta ante nosotros un esperanzador y caduco fin de semana. Un abrazo hermanos y hermanas de la Ciudad de Poniente. En esta urbe no hay policía, solo ansias de libertad.

Ama la poesía, odia al fascimo:
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Miguel Hernández

3 comentarios:

El Txarro de las Calaveras dijo...

No llevaba 10 días en Madrid y ya me pararon a pedirme la documentación en Avda. América, con una arrogancia y autoridad que violaba mi presunción de inocencia y que se disparó cuando informé al agente de que no la llevaba encima. Apostados en los descansillos entre tramo y tramo de escalera mecánica no puede escaparse la comparación con cazadores en sus posturas o en pasos de paloma. En público, delante de todo el mundo y despojados de dignidad se dan explicaciones mientras la gente pasa y mira...

Peiote dijo...

Bueno, este mesnaje no trata tanto de hablar sobre las agresiones policiales que tenemos injustamente que soportar sino solamente me apetecía felicitar al señor Demian por su blog.
Ánimo con él!!!

Anónimo dijo...

Eskerrik asko!!

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