25 de enero de 2010

Haití ¡Viva el saqueo!

Me levantó por las mañanas y tengo la fea costumbre de desayunar viendo la tele. Sobre este hecho tengo la culpa y yo me acuso de abusar de la caja que no es tonta, es hija de puta. Pero que le voy a hacer estoy enganchado desde pequeño, y a estas alturas hay vicios que uno no puede quitarse, tendré que vivir con ello. Últimamente acumulo cadáveres en cada informativo que consumo. Será que me estoy volviendo loco, pero yo juraría que mucha gente de la que ha pillado las maletas y se ha ido a Haití, lo ha hecho para beneficiarse de una u otra forma de las muerte de miles de personas, y vaya, no sería la primera vez. Casi vomito al percibir como ya están a tope sacando niños de Haití en plan Nazi-Pinochet para las familias ricas de occidente. Por no hablar del desguace de órganos que ya se está orquestando.

Entro en el metro y hay mensajes que rezan: “Solidaridad con Haití”, se acuerda alguien ahora de Darfur, no, se los están comiendo las moscas como siempre. Recibo un mensaje de Orange invitándome a enviar un SMS que aporte a Haití. ¿Me toman por imbécil o qué? Los famosos se hacen fotos y montan galas. ¿A dónde va a parar la pasta? Solo me inclino por reclamar transparencia en el caso de las administraciones públicas, del resto, paso. En qué se va a gastar, cómo se va a gastar. Nunca lo sabremos, eso seguro.

No guardo respeto por nadie. Los periodistas que hacen negocio con el espectáculo de la devastación pero que se van a dormir al Hotel. Los cruceros de lujo que siguen pasando por Haití. Y los militares que toman posiciones sobre un territorio estratégico. La historia del país caribeño está plagada de intervenciones militares y golpes de estado, o es que de repente la historia del país ha desaparecido y ya no cuenta. A lo mejor está bajo los escombros del edificio de la O.N.U.

Me gustaría dejar abierta, como siempre, una puerta abierta al debate y la reflexión. Y para ello dejo información que pueda servir elemento de partida para una actitud crítica ante lo que está ocurriendo, más allá de una encendida opinión.


DIAGONAL

EL MUNDO

LA HAINE

EL MUNDO

LA RAZÓN

LA IDEA

19 de enero de 2010

Ceyunar

Durante el vuelo de regreso, consciente de lo mal que lo había pasado con el Jet-Lag intenté adaptar el reloj biológico a toda costa. Después de pagar 5 euros por un café en el aeropuerto de Frankfurt descubrimos que había máquinas gratuitas de café tras una pared, me tomé otro. Traté por todos los medios de no dormir hasta la noche con tal de evitar las eternas horas de insomnio que otrora sufriera en anteriores viajes. Para ello hasta volví a leer El País, algo que me había prohibido desde hacía meses. Las palabras de Goytisolo se perdían en una mancha de nada, pero bueno, algo es algo. El esfuerzo fue tremendo, me sudaban hasta las uñas, y estábamos fatal. Pero finalmente llegó la hora de acostarnos y nos fuimos a coquetear con Morfeo. Pasaron las horas y mis ojos se entreabrieron. Miré el reloj y eran la una y media ¡Horror! Había vuelto a suceder. Intenté tranquilizarme y Gloria hizo lo mismo y cerramos los ojos. Volvimos a despertar y eran las cuatro, tratamos de nuevo de dormir y llegamos a las siete y media. Entre risas, nos hicimos una tila y cortamos unos pedacitos de fruitcake. Por algún motivo Gloria se escamó al ver unas ropas tendidas, y al observar que estaba demasiado oscuro para la hora que era y encendió el televisor. De repente estaban poniendo un partido de baloncesto. ¡Uy que raro! Joder, son las siete y media, pero de la tarde, nos habíamos saltado un día. Obvio que aquella post-noche-día no dio un pedazo de Jet-Lag que te mueres. Pero bueno, ya está superado. ¡Que jodido es no dormir por la noche!

El Azor, varado en Burgos.

No importa a donde vaya uno, da igual cuanto tardemos en volver, el regreso es inevitable. Nuestros miedos, nuestras rutinas siempre estarán ahí para hacernos ver que todo intento de escapar es eso, sólo un intento. El chino de la esquina todavía no me ha perdonado, sigue enfadado conmigo porque un día al regresar del basket me puse a gruñir porque las latas de refresco me parecían caras. Probablemente mis quejas eran fruto de otras historias más coyunturales, sin embargo, él persiste en ponerme mala cara cuando voy a por el pan. ¿Qué puedo decir? No voy a disculparme.
Con la voz todavía empañada por una mañana de lunes llegué el primero a la oficina. Sin tiempo de quitarme el abrigo sonó el teléfono.

* ¿Está Rubén?
* No, todavía no ha llegado, ¿Eres Carlos? Inquirí creyendo saber la respuesta.
* No, soy Susana.
* ¡Ah! Llega en quince minutos. ¿Le llamas en un rato?
* Claro.

Total, que nada ha cambiado. Al llegar a Madrid todo parece igual, al poner las noticias percibo que la realidad sigue superando a cualquier ficción que podamos imaginar. Pastillas, terremotos, y escaneres genitales, siempre todo con el sello inconfundible de: “En nombre de la libertad”. Así que bueno vamos tirando. Cañitas y amigos para seguir en la lucha, que no es poco. Con lo aprendido, con lo disfrutado, con lo emocionado, todo ello con una nueva energía sin la cual sería imposible seguir adelante. Tengo muy buenas sensaciones para este 2010. Estoy convencido de que lo mejor siempre está por llegar.

Dedicada al nuevo talde, que ya está dando mucho de que hablar.

10 de enero de 2010

Ensayo sobre la vida en América III

La historia de México es, como la historia de muchas otras naciones, una historia de la lucha de clases. En este caso, y probablemente en mayor medida que ningún otro país en el mundo, viene condicionada por su vecindad con los EE.UU. El 2010 los hijos de los aztecas, pero también de los mayas, los zapotecas, los huicholes, los taraumaras y un largo etcétera vivirán un doble aniversario. El del bicentenario de su Independencia, y el del centenario de su Revolución. Mi impresión sobre tan bastos asuntos en tan ancho territorio deja mucho que desear, pero en todo caso, me queda la sensación de que ni de uno, ni de otro acontecimiento quedan demasiadas evidencias en cotidianeidad mexicana, salvo restos de unos y otros bandazos de su convulsa historia. Por una parte, la presencia de multinacionales, trasnacionales o como las queramos llamar hace poco patente una soberanía que sufrío mucho durante todo el siglo XIX a manos de Franceses, Ingleses, Españoles y Estadounideses, estos últimos nada parcos en su naciente y voraz imperialismo, se quedaron con la modesta cantidad de la mitad del país.

¡Ingas! Por una vez, le dimos en la torre a los gringos.

Ahora entre Gas Natural, Telefónica, BBVA o Santander entre otros miembros de esta nueva Santa Alianza se da una nueva reconquista, que en realidad nunca ha cejado en su empeño y que todavía hoy es palpable en el resultado de las desigualdades sociales que sigue provocando. Desigualdades que desencadenaron en todo caso estos dos momentos históricos y cuestiones estas que siguen sin resolverse. Es por esto, que si perviven las causas, puedan repetirse las consecuencias, o por lo menos esto dicta la historia, que pese a ser ciencia, dista mucho de ser exacta. No obstante, los vaticinios se los dejo a los futurólogos quinielísticos y las recetas a los chamanes del nuevo mundo.

¡Estuvo bien padre!

En la meta de la observación cotidiana que me había fijado para esta ocasión, me sigo quedando con la extrema bondad y generosidad de las gentes que moran al sur del Río Bravo. Muchas son las incognitas que me traigo y pocas las certezas. Pero entre ellas está la de recomendar a cualquiera que pueda y quiera a visitar y conocer tan increible nación de norte a sur y de este a oeste; y por supuesto a extraer sus propias conclusiones sobre cómo son posibles tantas contradicciones entre los seres humanos, y sin embargo, cómo podemos querernos tanto.

Para que no se nos olvide nunca.