Aprovechando la cresta de la ola que se desprende de este preliminar final de la serie que está en boca de todos, Lost, quisiera poner mi granito de arena en la disección que acontece. Lo primero de todo, quiero dejar claro es que esta es una crítica sin spoilers, y que si no has visto Perdidos en su totalidad puedes seguir leyendo sin temor a que te sea destripado su supuestamente polémico final.
Lost ha sido una serie que en mi opinión se ha basado en cuatro pilares: un guión improvisado, un pequeño gran hermano, la gran mentira de Internet y un pseudocontenido espiritual.
Lost ha sido una serie que en mi opinión se ha basado en cuatro pilares: un guión improvisado, un pequeño gran hermano, la gran mentira de Internet y un pseudocontenido espiritual.
Queda más que demostrado que el final de la serie ha pagado caro sus ingentes dosis de improvisación en el guión. Un texto que ha llegado cada día más lejos en los desafíos narrativos, aunque no por ello lo ha hecho de una forma brillante. Eso si, lo ha hecho como ningún otro producto de sus características, y ha contado con un buen trabajo de tramas y subtramas. Exacerbar los puntos de giro y someter los mismos al dictado de la audiencia, para acabar los capítulos con más dudas que certezas ha sido una clave del éxito, y por supuesto, también parte de este "pon el argumento que quieras" final. Su mayor virtud, plantear más preguntas que respuestas, ha sido perfecto aliado e implacable asesino. Se demostró que cuando la serie ha querido resolver en su sexta temporada, la calidad y el interés de la misma ha caído muchos enteros. Y ni siquiera las claves del final han sido capaces de contentar lo incontentable.
Por otra parte, una premisa tan atractiva hoy día como situar a una serie de desconocidos en una isla desierta recuerda a los innumerables realitys Gran Hermanianos que pueblan nuestras franjas televisivas desde hace ya demasiados años. Así que las relaciones entre los personajes, sus amistades, sus peleas y su vida más íntima han sido pornografiados sin que esto tuviera más interés del que suscitan los de por ejemplo, la Isla de los famosos. Esto me lleva al siguiente punto.
Muchos han visto en Lost cosas que yo no he visto, que no soy capaz de asumir, pero que aún así le he perdonado a cambio de horas fáciles de entretenimiento. Sin embargo, en ningún caso creo que la serie me haya aportado nada en el plano espiritual, personal o cinematográfico. Decir esto después de más de 100 capítulos es duro, pero lo tengo que decir. Perdidos es una serie que no me ha aportado nada más que entretenimiento. Esto no es malo, ni es bueno, es lo que es. En todo caso, reconozco que cada uno ha ido más o menos congeniando con lo que la serie le iba proporcionando, y puestos a disfrutar de la sociedad de consumo me ha sido grato participar de este fenómeno que tanto ha bebido de Internet.
La consabida absurda premisa de que la red es exáctamente un reflejo de la sociedad se ha demostrado una vez más falsa. Los ejecutivos de Cuatro estarán contentos después de anotarse con la emisión de la susodicha serie un nuevo y sonoro fracaso comercial. En la red se ha cocinado el fenómeno Lost y en la red está recibiendo el previsible correctivo. Y en estas claves analizo este producto.
Yo por mi parte me he entrenido viendo la serie. En algunos casos he llegado a disfrutar mucho de ella. No creo que la vuelva a ver. No me importa demasiado, pero si lo suficiente como para dedicarle este Post. Así que mi nota en filmaffinity va a ser, después de ver el final, un 7. Ni la serie es para tanto, ni el final ha sido tan malo como dicen.
Un buen tema para acompañar.
Un buen tema para acompañar.