Qué clase de periodista sería si no escribiera un post dedicado al mes de septiembre. Probablemente uno bueno. Pero como soy de la vieja guardia, no puedo dejar pasar la oportunidad de volver a centrarme en la realidad. Los guiris ya cierran las maletas en las habitaciones de sus módicos hoteles de costa. Algunos se llevan unas bonitas fracturas gracias a lo que ha sido para este servidor el fenómeno del verano, el “balconing”. Una interesante propuesta de performance que nos han traído nuestros alcoholizados huéspedes. Lástima que algunos de ellos no vayan a poder repetir en tan cálidas tierras.
Creo que hay imágenes que no merecen comentario.
Los días remiten, los pasos vuelven al compás robótico y comienzo a cruzarme las mismas miradas que hace unas semanas. La escalera del edificio registra más tráfico, los coches van apoderándose de su habitat, las faldas ya no son tan cortas, ni los escotes tan pronunciados. Las abejas volvemos a hacer polen para la reina. La mentira hippy del verano comienza a verse truncada. Ibiza fue el destino de moda y Michelle Obama nuestro particular Mr.Marshall.
Siempre quedan las esperanzas de que la cartelera del cine mejorará, de que este año no habrá marrones en el curro y de que sonreiremos más; pero pronto todo eso acabará en la papelera de reciclaje de el escritorio de nuestro ordenador y pulsaremos la opción de Vaciar.
Me gusta ser pesimista, es una forma positiva de ver las cosas. Creo que por eso me gusta tanto el Otoño, siempre pasan cosas fantásticas en Otoño, que coño, el Otoño es la mierda. Me tomo el café frío por las mañanas, la alcachofa de la ducha está llena de cal, siempre se me cae Internet cuando la descarga está a punto y mi casero pasa de reparar las manchas de humedad del piso. Por eso me gusta el mes de septiembre, porque me recuerda siempre que un nuevo curso escolar amanece, y a mi me gustaba ir al colegio, a pesar de todo.
Dedicado a 33 Series, y su pedazo de lista de Spotify, y en homenaje a los increíbles momentos que vivimos en la FAB.
3 comentarios:
El Txarro
Y en eso me inspiro, para volver a volver en septiembre...
De todas maneras no hay que preocuparse, ya estarán ultimando los detalles la CEOE, la ODCE, el FMI, el BM, para prohibir las vacaciones, como mal endémico de la sociedad y productora de enfermedades psicológicas, síndrome posvacacional y desvirtuadoras del trabajo, como forma de vida!!!! oooooh si!!!
A mí también me gustaba ir al colegio en septiembre... e incluso me apetecía tras un largo verano volver a Bilbao a ver a la peñuki...
Pero lo de ahora no es lo mismo. Los meses de septiembre son, definitivamente, tristes.
Viva el verano loco!!!! ja ja ja
Cualquiera diria que la ultima foto es en Real de 14 ;)
Me gustan los septiembres pero de algunos años para aca Diciembre lo es todo, conociendo nuevos mundos ;)
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