13 de mayo de 2010

¿Cuánto cuesta un café en Europa?

Lo que nos queda. Qué es exactamente lo que nos queda de todo lo que fue. Quizás un recuerdo, quizás unas historias en los libros de texto. La situación da una nueva vuelta de tuerca y lo que podía haber sido nunca lo será. Las buenas nuevas que nos llegan de Europa no es más que el fruto de lo que ya sembramos.

Ya se habló en este blog de la tremenda estafa democrática que se ha producido con la aprobación del Tratado de la Unión Europea y su defecada Constitución. A esto es a lo que hemos llegado, a una simple ecuación macroeconómica como rosa de los vientos de nuestros derechos más fundamentales. Lo que tenga que venir vendrá en forma de más recortes sociales. Y es normal. Lo que no se si es tan normal es que te llamen para explicarte cuánto cuesta un café en Bruselas, o en EE.UU. ¿No?

Aquí no son 80 céntimos.


¿Creer en el Estado? Algo complicado. En el horizonte no se vislumbra ni un ápice de esperanza. Con todo fiado al capital queda poco que hacer. Quién le va a poner ahora el cascabel al gato. Zapatero parecía esta semana en el congreso más un pelele que nunca, diciendo digo donde dijera Diego. Son muchas las interrogantes que me asaltan ahora, y ninguna de ellas me quita el sueño.

Me cago en la madre que parió a todos aquellos que especulan en la Bolsa. Cabrones, dejadnos tranquilos. ¿Pero quiénes son? No me los imagino... ¿Os los imginaís hablando por teléfono entre ellos?


Es que algunos lo tienen claro.

Situación imaginaria
Especulador 1: ¡Hola! ¿Qué tal? Esta mañana he desayunado de puta madre mientras arruinaba un país.
Especulador 2: Jo, pues yo he comprado bonos de una empresa de armas y no veas como suben.
Especulador 1: ¡Bah! Eso está pasadísimo de moda, ahora lo que pita es acojonar a los países. ¿Para qué especular con empresas si lo puedes hacer con pueblos enteros?
Especulador 2: ¡¡Ostia! ¡¡Negociazo!! Voy a llamar a mi broker ahora mismo para que me compre algo en África, ya sabes algo para empezar. Luego te cuento.
Especulador 1: Si, te dejo que tengo un par de millones de personas que echar al paro.

Donde los griegos, los padres platónicos de todo este rollo, han mostrado arrojo, valor y muchas ganas, me da la impresión que aquí solo vamos a ver cobardía y miseria intelectual. Espero, y lo digo como una amenaza, que los que hasta ahora han estado impasibles ante la desesperación de muchos no vayan a reclamar ahora que yo me juegue el tipo por ellos. Me parecería el colmo de los colmos. Tiempo al tiempo. ¿A ver que pasa?


Muchos lo dicen y pocos lo saben.

No hay comentarios:

Publicar un comentario