Tener un blog sí es, como se ha dicho muchas veces, un auténtico cuaderno de bitácora, y no precisamente porque se esté de viaje. Vuelve a ser Agosto en la Ciudad a poniente y los moradores de la urbe salen disparados en cualquier dirección (ventajas del modelo radial). “El sol calienta como una estufa de butano y los pájaros visitan al psiquiatra”. Una de las primeras nociones que tuve de lo que podía llegar a ser esto fue cuando vi “Barrio” de Fernando León. No es tan dramático, pero se asemeja un poco.
El verano en Madrid transforma el paisaje humano de la ciudad. De repente, sus habitantes son más rubios, con ojos más azules y más altos. No hay nada de malo en ello, de hecho resulta incluso exótico. Calcetines con chanclas, paellas mixtas y mapas calcinados en la cola del Prado. Es como si fuéramos un parque temático en las afueras de Estocolmo.
Cuanto más madrileño me hago, menos me molesta pasar el verano en Madrid. Todo resulta mucho menos estresante. En el supermercado de descuento ya no hay que meter el codo por el último paquete de tallarines. En los cines se está fresquito, eso sí, el cine independiente convive con las porquerías de última hora, esas empalagosas y absurdas comedias románticas de una dudosa autoría intelectual. Aunque gracias a Mao nunca dejamos de tener camaradas chinos que nos proveen de todo lo que no necesitamos y creemos imprescindible.
El verano provoca que baje el ritmo cardiaco de las arterias y las venas de esta condenada ciudad. Al que que aquí sobrevive siempre quedan los helados y los parques, las piscinas municipales. Lástima que haya que reconocer que el esfuerzo de los gobernantes de esta polis en eliminar cualquier resto de árbolado en las plazas públicas está dando resultado, son insufribles.
Yo soy de costa, de la costa mediterránea, de la costa mediterránea alicantina y sé perfectamente que Agosto es el mes más horrible para ir a la playa. Aunque si es el único que tienes, se puede comprender. Aún así, me cuesta entender de cuánto de voluntario y de cuanto de estupidez unisónica estamos hablando. Agosto un mes para sobrevivir, un mes para la fiesta, un mes para preparar el verdadero calendario, porque en Agosto cada año echa su última llamarada antes de apagarse.
Pues eso.
2 comentarios:
Tenemos que tomarnos unas birras tio. Ideales para vencer al calor
1 abzo
Sera un placer...
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